jueves, 28 de agosto de 2008

VULCANISMO



El Vulcanismo es un fenómeno que consiste en la salida desde el interior de la Tierra hacia el exterior de rocas fundidas o magma, acompañada de gases. El magma y los gases rompen las zonas más débiles de la litosfera para llegar a la superficie. Estas debilidades se encuentran sobre todo a lo largo de los límites entre placas tectónicas, que es donde se concentra la mayor parte del vulcanismo. Cuando el magma y los gases alcanzan la superficie a través de las fisuras de la corteza, forman los volcanes, de los que hay varios tipos. La imagen clásica del volcán, es una estructura cónica con un orificio (cráter) en la cima del que emiten cenizas, vapor, gases, roca fundida y fragmentos sólidos. Pero esta clase de volcanes suponen menos del 1% de toda la actividad volcánica terrestre.


(Distribución de volcanes)

Al menos el 80% del vulcanismo se concentra en las largas fisuras verticales de la corteza terrestre. Esto ocurre sobre todo en los bordes constructivos de las placas en que está dividida la litosfera. Estos bordes están marcados por dorsales oceánicas en las que se crea nueva corteza a medida que las placas se separan. De hecho, es el magma ascendente enfriado el que forma el nuevo fondo oceánico. Por tanto, la mayor parte de la actividad volcánica permanece oculta bajo los mares.
Vulcanismos de superficie
Este tiene menos volumen de magma que el submarino, pero se conoce mucho mejor porque es visible y afecta directamente al ser humano. La actividad volcánica oscila desde las explosiones violentas hasta la suave extrusión de magma, que se llama lava al caer en la superficie terrestre.




Tipos de volcanes:

- Volcanes de fisura: Se asocia con dorsales oceánicas, pero también ocurre en tierra. Estos volcanes emiten mucho material muy fluido; las erupciones sucesivas se superponen hasta formar grandes llanuras. Este vulcanismo, cuando ocurre en tierra, se asocia con las grandes llanuras de todos los continentes. Este tipo de volcanes han formado muchas mesetas, como la meseta de Columbia en el noroeste de Estados Unidos.



(Volcán intra-placa)

- Volcanes centrales: La mayor parte de la actividad volcánica de superficie se asocia con chimeneas circulares o con grupos de chimeneas que se abren en la corteza terrestre. Estas dan lugar a volcanes centrales de los que hay dos tipos básicos. El volcán cónico de pendientes acusadas que se construye a veces a partir de material sólido, cuyo tamaño va desde las cenizas y el lapilli hasta piedras y grandes rocas. La tefra se expulsa en una erupción y cae en la abertura externa de la chimenea. Casi todos los volcanes cónicos y casi cilíndricos suelen tener una chimenea central, pero esto no impide la expulsión de material volcánico por chimeneas secundarias en la ladera.

- Volcanes escudo:. Se trata de una estructura muy grande de pendientes suaves. Suele ser el producto de cientos de coladas de lava basáltica muy fluida. Suelen tener varias chimeneas. Un ejemplo son los de las islas Hawaii, en el Pacífico norte.

- Volcanes de superficie y tectónica de placas: Suelen asociarse con los límites destructivos que forman las placas tectónicas en los bordes por los que se acercan. Cuando dos placas convergen, el borde de una se hunde por debajo de la otra y avanza hacia el manto. Esto provoca un movimiento de subducción. En ocasiones los bordes convergentes de las placas están formados por litosfera oceánica, pero es más común que una esté formada por litosfera oceánica y la otra por corteza continental. Cuando la corteza oceánica se funde, el magma formado asciende a lo largo del plano de subducción y brota en forma de erupción en la corteza terrestre. Cuando el magma emite sobre la tierra da lugar a largas cadenas montañosas, entre las que destacan los Andes de América del Sur. Cuando las erupciones se producen en el mar, se forman largas cadenas de islas volcánicas dispuestas en forma de arco, como Japón o Filipinas.
El cráter por el que brota el material volcánico se suele mantener en forma de depresión como resultado del hundimiento de la lava en la chimenea eruptiva. A veces se hunde tan profundamente que el cono volcánico se derrumba y cae al interior de la chimenea, donde forma una depresión mayor llamada caldera. Las calderas pueden ser producto de explosiones violentas que ‘vuelan’ el cono. Con el tiempo, las calderas de los volcanes dormidos o apagados pueden llenarse de agua y formar lagos.
Cualquier volcán puede mantenerse varios días en erupción, pero algunos tienden a asociarse con volcanes determinados. Este hecho se refleja en la clasificación de las erupciones volcánicas. Las erupciones fisurales y de escudo suelen clasificarse como islándicas y hawaianas, respectivamente. Las más explosivas se categorizan, en una escala de viscosidad creciente del magma, como estrombolianas, vulcanianas, vesuvianas, plinianas y peleanas. Las erupciones vesuvianas, plinianas y peleanas son las de carácter más paroxismal y en todas se expulsan grandes cantidades de cenizas y bloques de lava. Las peleanas se asocian con la emisión de nubes ardientes. Las erupciones más violentas se asocian con los bordes destructivos de las placas.








lunes, 11 de agosto de 2008

Violencia

Respuestas para la violencia juvenil



La violencia juvenil es un problema social grave, que obliga a buscar respuestas complejas y a integrar estrategias que abarquen la familia, la escuela y el espacio público.

No se trata de un fenómeno aislado, sino que se está ante una cuestión que afecta a la mayoría de los países y que es independiente de la posición económica.

La actitud violenta se canaliza en la escuela y, básicamente, en el espacio público. En general no es fruto de una iniciativa individual sino que se ejercita en grupos. En alguna medida, la violencia es un medio explorado en la adolescencia para medirse y encontrar un lugar entre los pares. Pero también a veces se trata de un ritual que marca la pertenencia a un grupo determinado —una banda, "tribu" o barra brava— de un modo que es capaz de dejar huellas irreversibles en terceros y en el propio joven.

El consumo de alcohol y de drogas desatan los mecanismos inhibitorios y disparan la violencia de los adolescentes, la cual en muchos casos tiene como trasfondo frustraciones familiares y faltas de expectativas sociales. El camino delictivo también puede formar parte de la práctica habitual de estos grupos.

En general, los problemas disciplinarios en la escuela suelen ser difíciles de resolver. En la calle, el efecto principal de la violencia es el vandalismo, aunque también con cierta frecuencia hay casos de peleas y de sucesos dramáticos como el que padeció el joven Matías Bragagnolo.

El desafío es contener los desbordes de violencia y prevenir la conformación de grupos que cultiven el vandalismo y la agresión. Para esto, se deben trazar estrategias que orienten a los adolescentes por caminos que no conduzcan a la destrucción.



La violencia juvenil es un problema grave que reclama respuestas complejas, que tengan en cuenta la familia, la escuela y el espacio público. Es un fenómeno que se extiende en casi todo el mundo

domingo, 10 de agosto de 2008